Con su arado Kverneland RW de 10 hileras, la empresa GR Ward de Caythorpe, Lincs, cada temporada trabaja unas 1000 ha de suelos abrasivos de una explotación con abundante piedra caliza, por lo que pone el énfasis en aprovechar al máximo el metal de desgaste.
“Siempre hemos preferido las piezas originales de nuestro distribuidor local de Kverneland, y las puntas reversibles nos han ahorrado una fortuna en tiempos de mantenimiento”, explica el director de la explotación Dan Oldershaw-Glenn. “Podemos estar girando puntas todos los días, aunque es un proceso rápido y sin complicaciones”.
En línea con su búsqueda constante de formas de reducir el tiempo dedicado a la sustitución del desgaste y mantener la productividad, la explotación ha estado probando las más modernas puntas XHD en el primer surco de su arado RW.
“Queríamos ver cuánto duraba un juego de puntas de arado XHD, en comparación con el desgaste de acero templado original, así que decidimos equipar un cuerpo izquierdo y otro derecho con tungsteno y compararlo con el resto del arado. Hasta ahora, los resultados han sido impresionantes”, continúa el empresario.
El arado está equipado con piezas XHD de puntas, triángulos, rejas, taloneras y rejas de las rasetas. A lo largo de 750 hectáreas, el arado ha necesitado 11 juegos de puntas originales, más cuatro juegos de soportes de puntas, cuatro juegos de triángulos y cuatro juegos de rejas, y un juego de rejas de rasetas. Las rejas XHD fueron una adición tardía, y hasta ahora han durado más que los tres juegos de rejas originales.
“Hasta ahora, las piezas XHD muestran pocos signos de desgaste, y podrían durar el equivalente a 20 juegos de puntas originales. Están aguantando muy bien”, afirma Peter Dickinson.
Conseguir el equilibrio entre el coste y el tiempo es un elemento importante para Dan Oldershaw-Glenn. “No se puede obviar el alto coste de la compra del XHD y, en un arado grande, se convierte en una inversión considerable. Pero también lo es el coste de la mano de obra y la pérdida de productividad al cambiar el desgaste agotado”, señala. “Pronto podríamos perder una semana de arado durante una temporada, sólo en el tiempo que se emplea en sustituir el metal que se desgasta. Y cuando se cubren 60 acres/día, ese es un nivel de productividad que me gustaría recuperar”, concluye el empresario.