Las expresiones “alta potencia” y “nivel de inversión” en casi todos los sectores del automovilismo suelen entrar en conflicto entre sí. De hecho, es una práctica común que a medida que aumenta el rendimiento del motor, también aumenta el equipamiento de los vehículos y en consecuencia los precios también ya que los clientes más ambiciosos están dispuestos a gastar para satisfacer el placer de conducir y, ¿Por qué no? Incluso el placer de tener una buena máquina. Sin embargo, esto no significa que la ecuación “rendimiento=costos altos” tenga un valor absoluto. A nivel profesional, las compras de máquinas de trabajo se califican como inversiones y, como tales, deben racionalizarse en términos de volumen y plazos de amortización.
Todo lo que necesitas para trabajar en la vendimia
De ahí la presencia en el mercado de vehículos que separan prestaciones del equipamiento para ofrecer precios de partida lo más bajos posibles, desembolsos que cada profesional puede afrontar personalizando la máquina de su interés con el equipamiento que considere necesario. Y sólo con esos, sin concesiones a los afectados o, peor aún, a los inútiles. Esta es la filosofía comercial que Ferrari adoptó cuando decidió montar sus vehículos isodiamétricos Thor 85 y K90, disponibles con dirección articulada o tradicional y propulsados por un potente motor Kohler KDI 2504 TCR, Turbo, con 4 cilindros en línia, 2482 cc y 75.3 CV (55.4 KW) a 2300 rpm, con un par máximo de más de 300 Nm entregados a 1.500 rpm, el caso del Thor 85. En el caso del Thor K90, un motor Kubota de cuatro cilindros de la serie V3800-Cr-T-Ew03, tres litros y 3769 cc que entregan 75 CV que se combinan con un par máximo de más de 305 Nm entregados a 1.500 rpm. Gracias a esta unidad dotada de regulación electrónica de velocidad con posibilidad de memorizar las más frecuentes, la máquina se sitúa entre las máquinas isodiamétricas más potentes del mercado, ofreciendo equipamiento y soluciones técnicas muy fiables estándar.
No hay rival en precio/rendimiento
El resultado es un vehículo potente pero asequible, perfecto para satisfacer las necesidades de las empresas agrícolas que necesitan adquirir un tractor especializado rápidamente, de las pequeñas empresas familiares, de los tractoristas y de todas aquellas personas que no pueden aprovechar al máximo los opcionales mecánicos y electrónicos que ofrecen los modelos TOP GAMA FULL EQUIP de Ferrari. Con este último los THOR 85 y K90 comparte la transmisión mecánica de 16 velocidades que también se puede utilizar marcha atrás gracias a un inversor sincronizado colocado en el volante, el embrague en baño de aceite y la posibilidad de tener conducción reversible cuando sea necesario.
El frenado también es integral porque cuenta con discos que actúan sobre un eje trasero conectado permanentemente al delantero y los diferenciales se pueden bloquear simultáneamente de forma electrohidráulica. En la práctica, todo lo necesario para trabajar con eficacia y comodidad viene de serie, afirmación que confirma la presencia de un sistema hidráulico de doble circuito que da lugar a caudales de 33+28 litros/minuto o 33+49 litros/minuto si se dispone de una bomba más grande.
Ideal para los tratamientos de todo el año
Alineada con las prestaciones del motor, la capacidad del enganche de tres puntos trasero, de 23 kilos, que puede integrarse en el eje delantero mediante un grupo similar capaz de mover cargas de 800 kilos en caso de que se requiera situaciones de trabajo combinadas. Entre las ventajas de la máquina cabe destacar la posibilidad de minimizar sus dimensiones verticales para facilitar el acceso a cultivos con poco follaje equipándola con neumáticos que reducen la distancia al suelo a sólo 20 centímetros.
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Los Ferrari Thor 85 y K90 están equipados de serie con un panel de mando estilo automóvil que delega los controles primarios, velocidad del motor, nivel de combustible y temperatura del refrigerante a tres instrumentos analógicos, y las alarmas e información secundaria a una serie de luces de advertencia. También hay una pequeña pantalla digital que actúa como recordatorio de los estados funcionales de los sistemas de trabajo a bordo y la velocidad de avance. El panel de mando está siempre a la vista del operador gracias a la posibilidad de regular la altura del volante y la posición del asiento.
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