Joskin analiza la gama de productos para esparcimiento de purín

Joskin

Desde sus comienzos, la compañía Joskin intentó perfeccionar las técnicas de esparcimiento de purín, consciente de que “el éxito de la fertilización está en obtener el abono adecuado en la dosis adecuada, en el tiempo y en el lugar correctos”.  Hace más de 30 años, la marca consiguió avances técnicos considerables en la concepción de útiles de esparcimiento y ahora ofrece una gama completa para desarrollar una agricultura rentable, sostenible y responsable. Dentro de esta gama de productos, se pueden distinguir dos grandes familias: las rampas de esparcimiento y los útiles de inyección.

 

Las rampas de esparcimiento

La aparición de las rampas de esparcimiento supuso una gran revolución en el mundo agrícola. Joskin explica que “gracias a su gran anchura, estas rampas permiten esparcir el purín más rápidamente en grandes superficies. Al depositar el purín lo más cerca posible de su objetivo, también reducen su contacto con el aire, a la vez que evitan que el purín se divida. De este modo, garantizan una importante reducción de las pérdidas amoniacales causadas por volatilización. Así, la eficacia del nitrógeno aumenta considerablemente y las molestias olfativas se reducen notablemente”.

El fabricante destaca que “con las rampas de esparcimiento, la precisión y la homogeneidad de las operaciones mejoran considerablemente. Con una rampa, las líneas de esparcimiento se mantienen limpias y uniformes, independientemente de las condiciones del viento. El purín se distribuye desde tubos espaciados según una interlínea regular (25-30 cm) y repartidos en toda la anchura del útil. Para garantizar la homogeneidad de esta distribución y evitar el atasco de determinados tubos, estas rampas están equipadas con uno o varios repartidor(es)-triturador(es). Estos últimos garantizan, gracias a un sistema de cuchillos circulares auto-afilantes montados sobre un porta-cuchillo, una fluidificación de los purines cargados de fibras, sino también un corte sistemático de los cuerpos extraños”.

Existen dos tipos principales de rampas, según su uso. En primer lugar, están las rampas ‘con tubos colgantes’. “Gracias a sus tubos flexibles a ras del suelo, depositan el abono directamente al pie de la planta sin ralentizar su crecimiento. Sólo una pequeña parte de la hierba se ensucia de este modo con el purín. Estas características las hacen especialmente adecuadas para el abono de los cultivos, pero también son aptas para su uso en los pastizales. Aunque el purín permanece en la superficie del suelo, se estima que la reducción resultante del contacto con el aire garantiza una reducción de las pérdidas volátiles de más del 35 %”, explica Joskin.

Rampas de esparcimiento Joskin

Junto a estos modelos, están las llamadas rampas ‘con patines’. “Basadas en una estructura similar, están equipadas adicionalmente con patines que ejercen una presión continua sobre el suelo gracias a un sistema de láminas con resortes. Al alejar la vegetación, estos patines garantizan un suministro preciso de nutrientes lo más cerca posible de la raíz de la vegetación sin ensuciarla ni acarrear subida en el forraje. Por lo tanto, estos útiles son ideales para fertilizar los prados. También en este caso, aunque el purín permanezca en la superficie, su contacto permanente con el suelo garantiza una reducción aún mayor de la suciedad del césped y una reducción de aproximadamente el 50 % de las pérdidas volátiles. Asimismo, hay que tener en cuenta que estas rampas, debido a sus características específicas, también pueden utilizarse más tarde, cuando el césped es más alto y el follaje está más desarrollado”, continúa su explicación. “De hecho, gracias a la rigidez de los colgantes por medio de láminas metálicas que impiden que reboten en los tallos, junto con la presencia de patines, estas rampas permiten apartar la hierba de forma eficaz sin aplastarla para luego depositar el purín de forma limpia y precisa en su base. El abono queda así cubierto por el follaje, que lo protege parcialmente del viento y del sol y lo mantiene al mismo tiempo en un ambiente más húmedo y fresco. Como resultado, se minimizan las emisiones a la atmósfera”, añade Joskin.

Los inyectores

La otra categoría de útiles son los inyectores que, como su nombre indica, inyectan el purín directamente en el suelo, garantizando que el abono llegue a las raíces de las plantas, reduciendo las pérdidas de amoníaco y las emisiones de olores al mínimo. Para Joskin, “los inyectores son la solución óptima en términos de eficiencia, rentabilidad y respeto al medio ambiente”.

Según su uso, hay dos categorías de inyectores. En primer lugar, están los inyectores de pradera cuyo objetivo es fertilizar la primera capa del suelo preservando la cubierta vegetal existente. “Para cumplir esta función, los inyectores están constituidos por elementos seguidores diseñados para mantener un contacto permanente con el suelo, independientemente de las irregularidades encontradas; ejercen al mismo tiempo una presión constante para que sus útiles puedan realizar la incisión”, explica.

Dichos útiles pueden ser de dos tipos: discos cortantes o discos cónicos. Los primeros ofrecen una profundidad de trabajo máxima de 3 cm. Dispuestos a intervalos regulares para garantizar un reparto transversal óptimo, cortan la hierba y crean un ligero corte en el suelo. A continuación, el purín se vierte en el corazón de esta zanja mediante conos de inyección precedidos de patines para garantizar un depósito preciso y sin salpicaduras de la vegetación. Sólo la base de la planta está ligeramente manchada en una pequeña anchura. De este modo, se puede evitar aproximadamente el 85 % de las pérdidas volátiles y de los olores.

Los inyectores con discos cónicos, basados en el mismo proceso, inyectan el purín a mayor profundidad (por lo general 6 cm, según el ajuste y la presión de los discos) y garantizan una penetración más rápida en la raíz: los discos crean primero un surco en el que los conos de inyección depositan después el abono de forma uniforme y sin ensuciar la vegetación. Al estar por debajo de la superficie del suelo, el abono es absorbido más rápidamente por las raíces y garantiza un mayor y más rápido rendimiento de la vegetación. Esta inyección en el suelo también evita la liberación de más del 95 % de olores y pérdidas de amoníaco a la atmósfera y reduce el riesgo de lavado del purín por lluvias inesperadas. También Joskin señala que, dependiendo del ajuste realizado en la máquina, será posible utilizar este tipo de inyector para trabajos superficiales (con menos presión sobre el suelo) en hierba más alta. En este caso, los discos actuarán como separador de hierba, permitiendo que los conos de inyección viertan el purín limpiamente en la base de la vegetación. El purín queda así cubierto por el follaje, que lo protege del viento y del sol y lo mantiene al mismo tiempo en un ambiente más húmedo y fresco.

Inyectores Joskin

La segunda categoría de inyectores son los modelos de cultivo, diseñados para crear las condiciones más favorables para el cultivo. “Para ello, cumplen una doble función: realizan un trabajo completo de rastrojero y, al mismo tiempo, inyectan el purín en el suelo. Utilizados sobre todo antes de la siembra, estos inyectores sitúan la fertilización lo más cerca posible de la planta. El abono se mezcla con la tierra y se extiende en los primeros centímetros por debajo de la superficie del suelo. Así, el baño de nutrientes se lleva directamente a la zona de siembra, donde la planta generará sus primeras raíces, garantizando así un rápido crecimiento. Como todo el purín se filtra por debajo de la superficie del suelo, no hay pérdidas de amoníaco, ni contaminación odorífera, ni riesgo de lavado”, asegura el fabricante.

Dependiendo del tipo de suelo encontrado o del trabajo requerido, estos inyectores estarán equipados con dientes rígidos, dientes flexibles o discos. Los modelos con dientes le permitirán trabajar hasta 15 cm de profundidad. Los dientes rígidos serán más apropiados para los suelos arenosos, mientras que los flexibles se preferirán para los suelos más pesados o pedregosos. Durante el trabajo, estos dientes abrirán primero el suelo, mientras que los conos de inyección situados inmediatamente detrás depositarán el purín.

Junto a estos modelos con dientes, los inyectores con discos ofrecerán una acción diferente: equipados con 2 hileras de discos curvados y dentados, actuarán hasta una profundidad máxima de 10 cm. La primera tiene como objetivo abrir el suelo, creando una zanja en la que los conos de inyección colocados junto a los discos aplicarán el purín. La segunda, cuyos elementos están opuestos a los de la primera, va a recubrir y enterrar el purín.  Joskin afirma que “aunque requieren más potencia, estos modelos garantizan una mezcla aún más homogénea de abono y tierra”.

Como conclusión, el fabricante anima a los agricultores a aumentar la eficacia de sus abonos orgánicos . “La normativa es cada vez más estricta para fomentar una agricultura cada vez más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y los avances tecnológicos también demuestran que esta es la dirección correcta a seguir. Los útiles de última generación logran conservar cada vez más las propiedades fertilizantes del purín, lo que reduce considerablemente el coste de compra de fertilizantes minerales adicionales. Como resultado, los equipos muestran tiempos de amortización cada vez más cortos. Por lo tanto, ya no hay motivo para no dar el paso; ¡aprovechemos nuestros abonos!”

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