Lemken y el ZALF investigan sobre la agricultura del carbono

Arado de Lemken para el cultivo de carbono

El fabricante de maquinaria agrícola Lemken, en colaboración con el Centro Leibniz de Investigación del Entorno Agrícola (ZALF, por sus siglas en alemán), ha desarrollado la idea de un arado para cultivo de carbono (Carbon Farming).

 

Los trabajos de investigación que está llevando a cabo el ZALF sobre el rendimiento y los efectos climáticos de la profundización parcial de la capa arable, cuentan con la financiación del Ministerio Alemán Federal de Alimentación y Agricultura (BMEL) y Lemken los está transfiriendo a un equipo listo para la producción para el enriquecimiento de carbono en suelos cultivables.

Arado de Lemken para el cultivo de carbono
Arado de Lemken para el cultivo de carbono

Lemken explica que el arado para el cultivo de carbono está destinado a ser utilizado de forma meliorativa, es decir, para romper la compactación y mejorar el suelo en consecuencia. Provisto de unos cuerpos de arado que trabajan a diferentes profundidades, crea un depósito en uno de cada dos surcos de arado por debajo de la línea de laboreo, en el que se deposita humus de la capa superior. Según análisis de ensayos históricos en el ZALF, más de la mitad de este humus se conserva, lo que garantiza una retención duradera del CO2.

 

El subsuelo pobre en humus traído a la superficie se mezcla con la capa superior y, mediante la absorción de carbono de los cultivos, se convierte en pocos años en una nueva capa superior de suelo rico en humus. “En definitiva, se aumentan las reservas de humus en los suelos trabajados de esta forma y se incrementa la fertilidad del terreno. Con este método sostenible de mejora del suelo se inicia al mismo tiempo el nuevo modelo de negocio del cultivo de carbono”, resumen Lemken.

 

Asimismo, señala que “gracias a la rotura de capas compactadas y a la incorporación simultánea de humus de la capa superior a los depósitos, se posibilita que las raíces de las plantas lleguen a mayores profundidades y aprovechen el agua y los nutrientes allí disponibles. De esa forma puede conseguirse un aumento del rendimiento de hasta un cinco por ciento en el primer año”. Según el fabricante, “este efecto ya se observó entre los años 60 y 80 del siglo XX y se ha visto confirmado por los actuales estudios de campo del ZALF. El procedimiento puede repetirse entre cinco y 10 años después en diagonal a la dirección de trabajo principal. Además de estos beneficios, la nueva tecnología de cultivo de carbono ofrece a los agricultores fuentes de ingresos adicionales mediante el comercio con certificados de CO2. Así se evitará un posible impuesto futuro sobre las emisiones de CO2 y se mejorará la competitividad de las explotaciones agrícolas”.

 

Con el módulo iQblue connect y el arado para el cultivo de carbono, que tiene su base en los arados Lemken, es posible registrar los datos de trabajo específicos del área y documentar con precisión la profundidad y la posición de los depósitos creados. Lemken anuncia que está previsto su lanzamiento al mercado para mediados de 2024.

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